La producción gráfica en el contexto digital se sitúa en un panorama disperso. Hoy es prácticamente imposible determinar sobre qué soporte se visualizará un mensaje gráfico. Leer un periódico desde el móvil por la mañana mientras vamos al trabajo y continuarlo desde un tablet al llegar a casa por la noche es una práctica más que probable. Y así con casi cualquier artefacto que estemos diseñando: libros, revistas, blogs, servicios web, etc…
Esta dispersión de dispositivos de lectura está convirtiendo el trabajo de diseño gráfico en un proceso de mayor complejidad y las herramientas de diseño válidas hasta ahora están iniciando un cambio de planteamiento.